TECNOLOGÍA Y EXPERIENCIA, HERRAMIENTAS DE LOS PILOTOS
Son imágenes de las consecuencias que la ciclogénesis, la sexta que sufre nuestro país en apenas un mes están causando en el tráfico aéreo. Y más que la niebla, la nieve o la lluvia, lo que más perturba a la hora de volar es la cizalla, que es como los pilotos llaman a los vientos potentes e imprevisibles. Un fenómeno que se agudiza en los aeropuertos situados entre el mar y la montaña, caso de Los Rodeos en Tenerife y de la mayoría de los ubicados en la cornisa cantábrica.
"Es muy imprevisible. Tú puedes llegar a Bilbao, intentar la aproximación y cuando estás muy cerca del suelo, ver que de repente el viento ha cambiado y el avión se vuelve inestable. Y en ese momento es cuando hay que reaccionar y la mejor manera de reaccionar es volver al aire aunque parezca mentira. Porque a lo mejor si uno fuerza la maniobra y aterriza de una manera forzada, puede provocar daños y lesiones a las personas" asegura el piloto Juan Carlos Lozano.
"Siempre planificamos nuestros vuelos teniendo claro que tenemos un aeropuerto alternativo donde las condiciones meteorológicas nos van a permitir un aterrizaje seguro", añade José María Íscar, comandante con miles de horas de vuelo a sus espaldas.
Para afrontar estas situaciones hay varias herramientas: tecnología, información continua y ante todo, el factor humano. "Tu entrenamiento y tu experiencia son fundamentales a la hora de encarar cualquier aeropuerto del mundo. Puede ser el más complicado que nos podamos imaginar, pero si tenemos la formación correcta, y la experiencia y el conocimiento del aeropuerto, cualquier piloto puede hacerlo", sentencia Juan Carlos Lozano.
Y aunque estas secuencias digan lo contrario, las encuestas no mienten: volar sigue siendo el medio más seguro de viaje.