EN VALDEPIÉLAGOS
Con pequeños gestos se puede mejorar el mundo. Eso es lo que han hecho en Valdepiélagos, ecoaldea cuya filosofía es incorporar las viviendas y sus productos como un elemento más del ciclo ecológico, en el que nada se tira y todo se recicla
Víctor Torre, fue confundador de esta ecoaldea en Madrid y tiene su propia huerta que abona con los desechos de la cocina. No utiliza maquinaria para cuidarlo y crea su propias composteras. Además, aprovecha el agua de la cocina para regar gracias a un filtro verde de plantas, lo que le lleva a ahorrar hasta 150 litros diarios.
Las 30 familias que viven en la ecoaldea tienen un depósito de agua de lluvia que aprovechan para regar 70 árboles durante todo el verano. La energía que obtienen es solar.
Fina, una de las vecinas, se encarga, por ejemplo, de que por sus jabones no pase ni un químico y también elabora detergente natural. Nada tendría sentido si todo este conocimiento no se transmite, así que también viven estudiantes internacionales que aprenden este estilo de vida.
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