ÁVILA | LA MEDIA DE EDAD ESTÁ EN 75 AÑOS

Villar de Corneja anticipa las campanadas al mediodía por la longevidad de sus vecinos

Como cada año desde 2004, este pequeño pueblo abulense con 48 vecinos empadronados, se ha comido las uvas a las doce del mediodia ya que la media de eda de sus vecinos -75 años- hace complicado que aguanten hasta la medianoche. "A las doce de esta noche, algunos estarán en el segundo sueño", ha comentado la alcaldesa.

A las doce en punto, pero del mediodía, medio centenar de vecinos de Villar de Corneja (Ávila) ha recibido el nuevo año comiéndose por anticipado las uvas, mientras las campanadas del reloj del Ayuntamiento iban marcando el ritmo al que debían tomar el fruto estrella de la Nochevieja. 

Como cada año desde 2004, este pequeño pueblo abulense con 48 vecinos empadronados, aunque sólo 16 viviendo, próximo a la provincia de Salamanca, ha dado al mediodía la bienvenida a 2015 cumpliendo con una tradición que se puso en marcha ante la longevidad de sus vecinos, que tienen una medida de edad de 75 años

Esta circunstancia animó a la alcaldesa, Carmen Hernández, a organizar esta pequeña y modesta fiesta, con el objetivo de reunir a los habitantes de Villar de Corneja al mediodía del día 31 de diciembre, ya que la avanzada edad de la mayoría hace difícil que a las 0.00 horas estén despiertos. 

"A las doce de esta noche, algunos estarán en el segundo sueño", ha comentado la alcaldesa a los periodistas cuando apenas faltaban dos minutos para las campanadas, once años después de que arrancara una costumbre que se ha asentado en esta localidad ubicada a unos 70 kilómetros al oeste de Ávila. 

Previamente, la regidora y algunos vecinos se han encargado de preparar las mesas con productos típicos navideños y varias botellas de sidra con las que brindar por 2015. En torno a las mesas se han ido arremolinando poco a poco vecinos y visitantes con sus hijos, que estos días suelen acercarse a este pueblo coincidiendo con estas fechas, como Azahara y Marina, junto a su hija Sara, de 4 años. 

Las tres forman parte de una familia de ocho personas, que pasará la Nochevieja en Villar de Corneja, después de haber tomado las uvas este mediodía con similar nerviosismo al que se produce cuando llegan las campanadas reales desde el reloj de la Puerta del Sol. 

Mientras esperaban el momento clave, los comentarios jocosos entre los presentes han relajado el ambiente en un día tan frío como soleado en este pueblo de la comarca del Corneja.

Con las bolsas de las uvas en sus manos, los asistentes las han ido comiendo una a una hasta que la última campanada ha dado paso a los besos y abrazos con los que se han felicitado y se han deseado lo mejor para un 2015 que esperan que, al menos, sea mejor que el año al que le quedan pocas horas para expirar. 

Sin embargo, la velocidad con la que el reloj ha dado las campanadas ha impedido que la mayoría pudiese terminarse a tiempo las doce uvas, tal y como reconocía la alcaldesa, quien presumía de convertir por unos minutos la plaza de su pueblo en "la Puerta del Sol, pero en pequeño". 

La sidra, los globos, los gorros de colores y los matasuegras han puesto la nota de color a un acto vivido casi en familia, pero con el mismo espíritu jovial y navideño que viene caracterizando a esta iniciativa desde hace once años. 

Aprovechando el acto, la alcaldesa ha pedido a las administraciones que no descuiden los servicios sociales en estos pueblos cada vez más despoblados y envejecidos. 

Una de las vecinas de más edad, María Hernández, de 78 años, ha recibido el "nuevo año" pidiendo "felicidad y paz" con una sonrisa en la boca, como siempre ha hecho desde el inicio de esta tradición. 

Junto a ellos también había niños y bebes, que no han querido perderse esta fiesta única en uno de los pueblos más pequeños de la provincia de Ávila. Trabajo, salud y prosperidad han sido algunos de los deseos más repetidos por los vecinos y algunos visitantes que hoy despedirán 2014 y darán la bienvenida a 2015 en Villar de Corneja por partida doble.

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