Sumisión química
Una víctima de la sumisión química cuenta su caso; cómo lo vivió, cómo lo sobrellevó y cómo trata de superarlo.
Aumentan los casos en Europa y en España de agresiones sexuales y violaciones con el método conocido como sumisión química. Una víctima de ello cuenta su caso en Antena Abierta.
Se trata de un problema que preocupa. La víctima conocía al hombre que le drogó y la violó; había quedado con él en otras ocasiones y no había ocurrido anteriormente. Era la segunda vez que quedaba con él. Acudieron a un bar, se tomó dos cervezas mientras hablaba con este hombre.
Al día siguiente no se acordaba de nada. Apareció en la cama del individuo desnuda, con dolor de cabeza y sin saber cómo llegó hasta allí. No podía hablar, tenía náuseas y no entendía por qué.
No podía denunciar, no sabía qué me había pasado
"Comencé a decir qué hago aquí desnuda, qué mal me encuentro", cuenta la víctima. Explica que el hombre se ofreció a ponerle un café y a darle un paracetamol. También le ofreció el baño para ducharse. Sin embargo, ella no quiso, "solo quería salir de allí".
Estaba drogada
Anteriormente había quedado con una amiga, que es policía. Al verla, le dijo que estaba drogada y que fuera a urgencias. En urgencias, nadie le realiza unos análisis sin tener una previa denuncia. "Yo no podía denunciar porque no sabía qué me había pasado", explica.
"Estuve en una sala de espera más de cinco horas en la que me diagnosticaron que tenía Covid", cuenta sobre la experiencia que tuvo en el hospital.
Durante los días siguientes, la víctima escribió al hombre preguntándole si habían mantenido relaciones sexuales, a lo que él "respondió que sí". "Al día siguiente le volví a escribir preguntándole si había usado preservativo porque no recordaba nada", cuenta.
La víctima se fue dos meses después al ginecólogo porque "nadie me hizo las pruebas, ni un análisis de sangre".
La Policía alerta de un aumento
La Policía alerta de que este tipo de agresiones sexuales aumentan, y no solo en discotecas. También puede ocurrir en otros momentos quedando con una persona. Les ocurre a hombres y a mujeres, tanto para tener relaciones sexuales sin el consentimiento o para robarles.
Te puede pasar, pero no es tu culpa. Acepta que te puede pasar
Esto provoca que las víctimas se sientan vulnerables. "A cualquiera le puede pasar, tengas la edad que tengas. Te puede pasar, pero no es tu culpa. Acepta que te puede pasar", afirma.
Meses después, la víctima explica que "estoy bastante bien", pero que al remover lo que pasó le afecta aunque "tengo que asumirlo".