EL PRÓXIMO PASO ES ANALIZAR LOS DAÑOS
Es momento de preguntarse por qué se desbordó ese torrente que ha provocado tantos daños.
Geógrafos e ingenieros coinciden en que las lluvias como las que han provocado graves inundaciones en Sant Llorenç este martes -que también han dejado por el momento diez muertos- no se pueden evitar, pero sí los riesgos, que aumentan por la práctica que fue común en España durante los 70 y 80 de desviar cauces naturales de ríos y torrentes para la edificación.
Según señala el geógrafo y expresidente del Colegio de Geógrafos de España, Antonio Prieto, la catástrofe se ha debido a dos factores: por un lado, la cantidad "excepcional" de agua que ha caído en pocas horas (de más de 230 litros por metro cuadrado, lo que equivale a poco más de un tercio de lo que suele llover en todo un año); y por otro, la situación de Sant Llorenç, la localidad más afectada.
"Los torrentes que se han desbordado salvan un desnivel muy fuerte en muy pocos kilómetros y ha coincidido que ha llovido puntualmente muchísimo en una cuenca que ha aglutinado todo el agua hacia Sant Llorenç", ha explicado. Aunque el "verdadero problema" según Prieto, es que los torrentes han sido desviados, "algo común en la cuenca mediterránea".
"El pueblo necesita crecer, pero el torrente pasa por determinado lugar, entonces se desvía, vuelve a crecer el pueblo y se vuelve a desviar; así hasta que en el siguiente desvío, se lo han llevado a la unión con otro torrente y los dos juntándose, con la fuerza del agua y la cantidad de agua, hace que se desborde", relata el geógrafo.
Así, aunque afirma que era "imposible" que el torrente no se desbordada porque la lluvia "no es evitable", sí lo es, en cambio, el riesgo. "Las viviendas estaban construidas en un lugar donde no deberían haberse construido, deberían haberse respetado los cauces originales, se pueden adecuar, condicionar, pero no hacer estos desvíos tan bruscos que se hicieron en la década de los 70 y 80", considera el experto, que advierte de que "hay muchos ejemplos en toda España de estos desvíos artificiales".
Prieto indica que los geógrafos trabajan, en este ámbito, realizando estudios de inundabilidad, donde evalúan el riesgo de inundación en un periodo de retorno determinado y con unas lluvias determinadas en una zona. Pero según dice, desde el 'boom' urbanístico de los 60 hasta hace una década estos estudios no se hacían -los primeros se realizaron en 2003 en la Comunidad Valenciana-.
"Todos los crecimientos urbanos están construidos en muchas ocasiones sobre cauces de vaguadas, barrancos o incluso ríos", añade, por lo que lo que ha sucedido en Sant Llorenç -una tragedia que compara con lo que ocurrió en Biescas (Huesca) en 1996, donde murieron 87 personas por la crecida de una riada que arrasó un camping- "se podría haber evitado si en su momento se hubiera tenido en cuenta este tipo de riesgo".