Madrid
Madrid vuelve a estar de fiesta. Estos días se celebran las de San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma. Además, los chulapos y chulapas las disfrutarán con todas las medidas contra el coronavirus.
En Madrid vuelven a sacar a las calles sus verbenas después de un año y medio de espera. Pero lo hacen adaptándose a la normativa sanitaria: el aforo estará limitado y será necesario tener una entrada para poder acceder a las fiestas.
La capital, a pesar de ser una de las ciudades más afectadas por el coronavirus, celebra sus fiestas más castizas y lo hace con todo tipo de medidas sanitarias: las mascarillas serán obligatorias, el espacio para estos eventos será más amplio y los asistentes necesitarán una entrada que han tenido que adquirir previamente a través de internet y de forma gratuita. Terminarán el 15 de agosto con la tradicional celebración de la Virgen de la Paloma.
Madrid vuelve a estar de fiesta. Estos días se celebran las fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y la Virgen de la Paloma. A los vendedores de barquillos les hacía falta volver a ver a la gente por sus puestos.
Los chulapos y chulapas han regresado después de más de un año de espera. Todos ellos coinciden en que es tiempo de pasarlo lo mejor posible y muestran su alegría por que la tradición continúe un año más a pesar de la pandemia de coronavirus.
Medidas contra el coronavirus
Estas fiestas populares suponen un paso más a esa normalidad a la que estábamos acostumbrados, a pesar de que ahora las restricciones sean una prioridad. "Hay distancias entre silla y silla y cuando se acaba se procede a higienizar cada una de las sillas. Además, este año, no hay ninguna de las tres procesiones", explica José Fernández, concejal del distrito centro de Madrid.
El pregonero de este 2021 es Mario Vaquerizo, elegido por ser un madrileño en toda la vida que sigue residiendo en el distrito centro, ha pedido hacer "las cosas bien, con cautela y precaución" para poder seguir disfrutando de las fiestas.
El llamamiento a la prudencia no impide que algunos vengan preparados para la ocasión y que lleven la mascarilla a juego con el traje.
Otras tradiciones como beber en la calle o barras de bar en los exteriores de los locales, también estarán prohibidas. Por ello entre los hosteleros hay opiniones encontradas. Están los que piensan que es una medida que les impide rentabilizar todo el trabajo, mientras que otros agradecen poder trabajar a pleno ritmo durante cuatro días.
Con todas estas medidas y siendo responsables ¡Sólo nos queda disfrutar!