Galicia
Se quejan de no tener sitio para aparcar, de la suciedad que deja este tipo de turismo y del mal uso que hacen de espacios protegidos.
La historia se repite en la Costa da Morte y, especialmente, en el concello de Fisterra. Al faro del fin del mundo llegan cada día centenares de peregrinos y visitantes, para culminar el camino o deleitarse con sus increibles vistas y paraje. Pero, desde hace unos años, cada verano Fisterra también se llena de autocaravanas.
En 2023, afirman desde el Bloque Nacionalista Gallego del Concello, en un día de verano cualquiera, se pudieron registrar por lo menos 250 caravanas. Esto supone una gran presión turística para un concello con algo más de 4.000 residentes. Unos habitantes que afirman que cada vez hay más caravanas y que prueba de ello es la existencia del parking privado exclusivo para este vehículo.
Además, Fisterra proyecta la creación de otro área de servicio (la novena ya en la zona), en Escaselas, un proyecto para el que hay planificada una ayuda de 60.000 euros.
Incluso con estos espacios habilitados para el estacionamiento, pernocta y camping de las autocaravanas; los vecinos están descontentos con la presencia de este turismo en su municipio. "A veces paseamos cerca de la playa y tenemos que dar la vuelta porque no se aguanta el olor", cuenta una vecina en el puerto, explicando que algunos de estos turistas realizan vertidos de sus depósitos en zonas no habilitadas para ello, alterando el medio.
Además de la suciedad y el impacto que pueden dejar en el medio natural, los vecinos también se quejan del uso indebido de las zonas de aparcamiento. “A veces en vez de una plaza, ocupan dos, ¿por qué no puedo tener sitio por ellos?”, se lamenta otro vecino.
La mayoría de concellos de la Costa da Morte sufren esta masificación: Malpica, Muxía, Laxe o Camariñas son algunos de los que se suman al problema de Fisterra.
En Razo, una de las más famosas playas de Carballo, incluso se colocaron piedras imposibilitando el paso de estos vehículos hasta primera línea de playa, donde la zona está protegida por Costas del Estado en Galicia y por la Rede Natura. No obstante, los usuarios apartaron el obstáculo para pasar de todos modos.
Lo cierto es que la legislación hacia este tipo de vehículos es poco lesiva y ningún concello gallego cuenta con una normativa municipal para mantenerlos a raya.
Las únicas multas que pueden poner los cuerpos de seguridad es, según explica la Policía Local de Fisterra, "si aparcan y sacan mesas o sillas o si ocupan dos plazas en vez de una".
El único concello que está tramitando una normativa municipal es, de hecho, Fisterra.
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