HAN INSPECCIONADO DOS POZOS
Unidades Especiales de Subsuelo y Protección Medioambiental de la Policía Nacional, desplazados desde Madrid, buscan nuevas pistas sobre la desaparición de la pontevedresa Sonia Iglesias. Así se ha hecho un nuevo rastreo ocho años después de su desaparición.
Según informaron fuentes de la investigación, los miembros de esta unidad especializada han inspeccionado dos pozos muy próximos situados en San Mauro, en el entorno del cementerio municipal y de una casa de la familia de la pareja de la mujer desaparecida, una zona que ya había sido revisada el pasado mes de febrero.
No obstante, estos dos pozos no habían sido inspeccionados con anterioridad, tampoco en el mes de febrero cuando se siguieron nuevas pesquisas y se volvieron a llevar a cabo acciones de investigación.
Las diligencias han sido dirigidas por el equipo especial de la Policía Nacional de Pontevedra que investiga la desaparición de Sonia Iglesias y que mantiene vivas las líneas de investigación, pese a que el caso está archivado provisionalmente en el ámbito judicial desde el pasado mes de junio.
Rastreo georradar
El pasado mes de febrero, la Policía Nacional desplazó el Laboratorio Móvil de la Policía Científica hasta un terreno próximo al cementerio de San Mauro, donde se produjo un rastreo con georradar una propiedad que compartieron la desaparecida Sonia Iglesias y su expareja Julio Araujo, presente en el registro.
El terreno en el que se buscó pertenece a una vivienda que compartieron la desaparecida y Julio Araujo, que era su pareja en el momento de la desaparición.
Desaparición
La pontevedresa Sonia Iglesias desapareció el 18 de agosto del 2010. La causa fue también archivada provisionalmente en el año 2015 al considerarse que no existían indicios sólidos para continuar con el procedimiento.
El mes de agosto de 2018 se cumplieron ocho años de la desaparición de Sonia Iglesias, de la que se perdió la pista el 18 de ese mes del año 2010. En el marco de esta causa fue investigado la expareja de Sonia Iglesias Julio Araújo, pero la Audiencia de Pontevedra acordó ya en 2015 el archivo provisional de la causa, pese a los recursos presentados por la familia y la Fiscalía.
Cuatro meses después de reanudarse la búsqueda de pistas, el caso se volvió a archivar en el ámbito judicial en junio de este año, al no obtener pruebas concluyentes.