PROBADO CON ÉXITO EN RATONES
Nuestro cerebro tiene una especie de botón que si lo apagáramos se podrían controlar los atracones de comida, ello según los experimentos llevados a cabo con ratones. Sin ciertos estímulos, los roedores ingieren un 35% más de alimentos: "Si se estimulan negativamente, lo que consiguen es que dejen de comer de esa forma compulsiva", explica María Luisa Ferrerós, neuropsicóloga.
Quizá la ingesta masiva de alimentos dependa de lo que podríamos llamar el 'interruptor del apetito'. El miedo a subirse a la báscula podría desaparecer porque se controlaría una enfermedad que nos lleva a ingerir hasta 6.000 calorías de una sentada.
Los que la sufren suelen padecer sobrepeso, y por lo tanto, controlar ese hipotético botón podría reducir los casos de obesidad, y evitar, según Virginia Lago, psiquiatra el "sufrir vergüenza, depresión, tristeza...".
El 25% de los españoles tienen problemas de obesidad que se podrían solucionar con este hallazgo.