A CORUÑA
Una vecina de A Coruña asegura que tiene que vivir con cascos en su propia casa por los fuertes ruidos que se escuchan de la lavandería que hay debajo de su vivienda. Vive con su marido y su hija de dos años, y han tenido que insonorizar parte de la casa para soportar el ruido de la lavandería.
Dentro de su vivienda el ruido supera los 50 decibelios, cuando lo permitido son 35, y la situación, asegura, le está generando ansiedad y estrés, ya que el local permanece abierto todos los días del año de 08.00 a 23.00 horas.
Asegura sentirse olvidada por la Administración, que no le da una respuesta al problema.