Okupas
Una mujer recibió la pasada semana una llamada de unos vecinos alertando de movimientos en su segunda residencia en Espartinas, Sevilla.
Ella grabó a cuatro individuos dentro del jardín delantero y manipulando las cajas de luz y de agua. Previamente habían roto el cierre de la puerta principal con una radial. Han acudido al ayuntamiento y denunciado ante Policía Local y Guardia Civil, pero la vivienda sigue okupada porque, al parecer, entre las personas que okupan la casa hay un menor.
Los okupas dicen que tienen derecho a estar ahí porque han pagado por entrar en esa casa con las llaves, cosa que, según el testimonio de su dueña, es imposible. Todo apunta a una actuación más de las mafias de okupas.
Durante el estado de alarma han aumentado las ocupaciones de viviendas de segundas residencias debido a la imposibilidad de la movilidad de muchas personas al encontrarse dichas viviendas fueras de las provincias o comunidades autónomas de donde residen.