LE DIJERON QUE HABÍA MUERTO
Fue un instante único
que sus protagonistas no olvidarán. Habían pasado 35 años desde que Carlos viera
la luz en Tenerife. La mujer que tenía 20 años era la víctima perfecta. Joven,
soltera e inexperta. Fue anestesiada y le practicaron una cesárea. Cuando
despertó le dieron la terrible noticia de que su hijo había muerto en el parto.
Hace poco Carlos se
enteró de que era adoptado. Entre los documentos encontró el DNI de Esperanza. Rápidamente
la localizó y le preguntó si había dado a un hijo en adopción. La respuesta fue
no. Días después, las pruebas de ADN confirmaron que Carlos era el hijo de
Esperanza.
Ayer el Parlamento
canario aprobó una proposición no de ley para facilitar las búsquedas en casos
de bebés robados en los que el dato es irreparable.