CON INSTRUCCIONES DEL 112
Una abuela asiste en Tenerife en el nacimiento de su nieto. La madre se puso de parto en su propia casa y sin tiempo a que llegaran los sanitarios y con ayuda de teleasistencia ejerció de matrona.
Una experiencia que si cabe ha unido más a la abuela, a la mamá con el pequeño que acaba de llegar. Mirco nacía con prisas, tantas que su madre no tuvo tiempo ni de salir de casa para tenerlo. Vino al mundo asistido por su abuela: "Fue mi hija ponerse en posición y estar la bolsa por fuera, la rompí como pude y sacó la cabeza. Todo con instrucciones de mi Ángel de la guarda".
Ese ángel estaba en la sala de teleasistencia del 112. Al otro lado del teléfono un enfermero guiaba a esta matrona improvisada: "Cuando escuché el grito de llanto del bebé, ahí me entró la tranquilidad y la alegría para todos, tanto para la abuela, la mamá y el equipo que estábamos de guardia". Un momento emocionante: "Sólo quería escucharlo llorar, saber que estaba ahí y tenerlo conmigo". Un parto que nunca Cande imaginó que se produjera así, "felicidad absoluta -dice, mientras llora el bebé- esto es melodía, maravilloso". Ahora abuela, matrona, hija y madre no pueden quitarle ojo a este pequeño que ha cambiado sus vidas.