EN LANZAROTE
Tana Hernández lleva siete años tetrapléjico, y para entrar o salir de su casa necesitaba que varias personas le bajaran por una estrecha escalera. Dos pisos, casi cien kilos de peso, su familia apenas podía ayudarle.
Ha estado luchando por un elevador eléctrico durante mucho tiempo porque una de la vecinas del edificio se oponía a las obras. Finalmente, el Cabildo de Lanzarote, el Ayuntamiento de Arrecife y el Gobierno de Canaria han financiado el montaje de un elevador con un coste aproximado de 23.000 euros.
Tana asegura que "esto es un cambio de vida y una felicidad porque ya no dependo de nadie". Con sólo 20 años tuvo un accidente al tirarse de cabeza al mar en un momento de marea baja, por lo que se dañó la médula.
Casos como el suyo se repite en muchos otros puntos de España. Personas mayores o discapacitadas que viven encerradas en casa porque no pueden bajar las escaleras.