Okupas
Manuel llevaba seis años intentando echar a un matrimonio okupa de su piso y, tras lo que él consideraba demasiado tiempo de lucha, decidió actuar: "No había nadie, subí y recuperé mi casa".
Sin embargo, los inquilinos ilegales pusieron una alarma para evitar ser expulsados. Después, se fueron a Ibiza de vacaciones. Fue entonces cuando Manuel se armó de valor y accedió al piso, haciendo saltar la alarma, lo que no le amedrentó. "Yo no he coaccionado a nadie, yo he venido aquí, he picado y como no había nadie me metí para dentro, igual que hacen ellos", explica ante los micrófonos de Antena 3 Noticias.
Lo que se encontró dentro de la casa fue suciedad, paredes pintadas, restos de comida y caos. De hecho, también se adueñaron de la azotea del edificio e, incluso, se enteró de que sus okupas realquilaban habitaciones. Ha recogido sus cosas y ha tapiado la puerta, pero se queja de que "la ley protege al que está ahí dentro": "Tuve que tapiarlo para ponérselo más difícil".
Tras muchos años con ruidos, amenazas y robos, la mayoría de los vecinos ha huido del bloque. A la mujer de uno de ellos llegaron a agredirla y se fueron: "Era insoportable vivir allí y mis hijos no podían salir a la calle porque salían con miedo".
Manuel podría enfrentarse ahora a delitos de coacciones y allanamiento de morada. De momento, la legislación parece que no va a cambiar después de las palabras de la ministra Margarita Robles que este lunes señaló que "tenemos una legislación que permite dar respuesta a los problemas de la 'okupación'".