ESTE SÁBADO
En un barranco de Gran Canaria, a 200 metros de altura, Kevin intenta batir el récord de Highline que él mismo ostenta. Debe recorrer 620 metros.
"El paisaje lo disfrutas y puedes ir pensando en lo que quieras", dice el joven. Frente a su tranquilidad, el público sigue su hazaña con cierta angustia.
"Cada vez que lo veo, siento miedo y respeto", dice su madre. En poco más de media hora, consigue pasar de un lado a otro.