LOS HECHOS OCURRIERON EN MURCIA
Eduardo, karateca profesional, salió de su gimnasio a las nueve de la noche cuando se encontró con lo que podía ser una acto de violencia machista.
El entrenador personal vio desde la calle como un hombre golpeaba a una mujer embarazada, que además estaba con un bebé en brazos y corría peligro de caerse por el balcón.
Subió al tercer piso y de una sola patada derribó la puerta de la vivienda y se enfrentó al agresor. Gracias a sus conocimientos en artes marciales logró reducir al agresor en apenas unos segundos.
Eduardo ha recibido un reconocimiento por su heroica acción.