GRAN CANARIA
Víctor Monzón estaba de vacaciones con su mujer y su hijo. Estaban sentados en una terraza y su mujer entró al comedor cuando se dio cuenta de que un niño se estaba atragantando y se estaba asfixiando cuando se estaba comiendo un helado de hielo. Salió inmediatamente a avisar a su marido que entró a ayudar al pequeño de cuatro años.
Víctor aplicó sus conocimiento en primeros auxilios. "Cuando le salió para fuera lo que tenía atragantado pues le empecé a decir que respirara tranquilo", cuenta el bombero, que vio como "los ojos se le iluminaron" al pequeño cuando lo salvó.