Aborto
La actriz ha cargado contra la nueva Ley de Texas en materia de aborto, que prohíbe llevarlo a cabo a partir de la sexta semana de embarazo. "Fue la decisión más difícil de mi vida", asegura Thurman, que abortó en una clínica de Alemania cuando su carrera apenas empezaba
La nueva Ley de Texas sobre el aborto ha desatado una ola de críticas en Estados Unidos, encabezadas, en muchos casos, por personas famosas, desde políticos a actores, cantantes o deportistas. Una de las últimas voces en unirse ha sido la de Uma Thurman, quien ha asegurado que, siendo adolescente, se vio obligada a abortar por no contar con medios suficientes para hacerse cargo del bebé. "Fue la decisión más difícil de mi vida", ha asegurado.
La nueva ley de Texas, que entró en vigor este mes, prohíbe el aborto a las seis semanas de gestación, que es cuando puede detectarse el latido del corazón del feto, aunque en muchos casos muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas. No contempla excepciones en casos de incesto o violación.
Thurman, en 'The Washington Post', ha criticado con dureza la nueva legislación al tiempo que aseguraba que considera su aborto como "uno de sus secretos más oscuros". La actriz asegura que la experiencia le ha marcado el resto de su vida. "Puede que no estéis interesados en las opiniones de una actriz, pero dada esta atrocidad, siento que es mi responsabilidad alzar la voz", escribe.
Embarazada en Europa y lejos de su familia
"Al final de mis años de adolescencia, un hombre mucho mayor me dejó embarazada de forma accidental. Vivía con una maleta por Europa, lejos de mi familia, a punto de empezar un trabajo. Lo pasé muy mal pensando qué hacer. Quería quedarme con el bebé, pero ¿cómo?", cuenta en la columna.
Embarazada y con su madre ingresada grave en el hospital, Uma Thurman mantendría una conversación telefónica con sus padres en las que se tomaría la decisión. "Jamás habíamos hablado antes sobre sexo, aquella fue la primera vez y fue terrible para todos".
Aborto en Alemania
"Me preguntaron sobre la situación de mi relación, que no era viable, y me advirtieron de la dificultad de criar un bebé yo sola, adolescente. Mi fantasía infantil de maternidad fue corrigiéndose mientras sopesaba las respuestas a preguntas muy concretas. Estaba empezando mi carrera, no tenía medios para darle una casa estable, ni siquiera para mí. Decidimos que no podía llevar a cabo el embarazo y llegamos a la decisión de que pararlo era lo correcto. Se me rompió el corazón", apunta.
El aborto con anestesia local en una clínica de Colonia (Alemania) no fue lo más duro. "Me dolió muchísimo, pero no me quejé. Había interiorizado tanto la vergüenza que sentí que me merecía ese dolor", recuerda