Niñas desaparecidas Tenerife
El Ángeles Alvariño llevaba un mes en Tenerife, tiempo en el que con la ayuda de un sonar de barrido lateral y un robot no tripulado localizó y recuperó el cadáver de una de las hijas de Tomás Gimeno, Olivia, dentro de un bolso de deporte lastrado al ancla de su embarcación.
El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Santa Cruz de Tenerife autorizó esta semana el cese de la búsqueda de la pequeña Anna y de su padre Tomás Gimeno por parte del buque Ángeles Alvariño, al entender que las labores han dado todos los frutos que la tecnología ha permitido pero la orografía del fondo marino donde debería continuar es inabordable e inaccesible.
El citado Juzgado ha dictado este jueves un auto en el que acuerda comunicar al Instituto Español de Oceanografía (IEO) el cese de las actividades de búsqueda que fueron acordadas el 20 de mayo, y decide que deben darse por concluidas las labores de rastreo en el mar, ha comunicado el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
Este miércoles, a requerimiento del mismo Juzgado, se recibió un informe del responsable de operaciones del buque Ángeles Alvariño en el que se daba exhaustiva cuenta tanto de las labores de búsqueda realizadas hasta la fecha como de la situación en que se encontraban en el momento actual.
Dicho informe fue puesto en conocimiento de todas las partes personadas en la causa, indica el Juzgado, que recuerda que las actuaciones comenzaron a raíz de la denuncia interpuesta por la madre de las niñas Anna y Olivia, de 1 y 6 años, después de que su padre no las devolviese a las 21:00 del 27 de abril y le comunicase que no lo volvería a ver jamás ni a él ni a las menores.