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Narcotráfico

Tristeza y rabia contenida en los entierros de los guardias civiles asesinados en Barbate

Su familia ha querido vivir este momento "en la intimidad" después de que ayer, la viuda de uno de ellos"se negara" a que el ministro Marlaska pusiera una medalla en el féretro.

Tristeza y silencio en el pueblo leonés de Nogarejas. Allí se despedía esta mañana al guardia civil David Pérez, el agente de la Guardia Civil que murió el viernes en Barbate (Cádiz) junto a su compañero Miguel Ángel González al ser arrollada su patrullera por una narcolancha.

A hombros sus compañeros llevaban el féretro hasta la iglesia. Apenas 50 metros llenos de dolor en los que se han escuchado gritos de "siempre GAR". Esa era su unidad, los GAR, Acción Rápida de la Guardia Civil.

El alcalde de la localidad, Olivio Campo, visiblemente emocionado, ha afirmado, en declaraciones a los medios de comunicación, que aún están conmocionados porque "David era una persona muy querida en el pueblo, al que venía siempre que podía".

Tenía 43 años, era natural de Barcelona, estaba casado y tenía dos hijos. Ingresó en la Academia de Baeza en 2008 e hizo sus prácticas como guardia civil en el Puesto de Torrevieja, tras lo que pasó destinado como profesional al Puesto de Arta en Baleares. En 2010 realizó el curso del GAR en el Centro de Adiestramientos Especiales de Logroño y desde 2011 prestaba servicio como agente del GAR. En su carrera se le distinguió con condecoraciones de instituto armado.

Marlaska no se plantea dimitir

Anoche sus compañeros se cuadraban a su paso. Horas antes en Pamplona, en la capilla ardiente, su viuda se negó a que el ministro Fernando Grande-Marlaska colocase la medalla de Oro sobre el féretro.

Este lunes, el ministro del Interior ha asegurado este lunes que no se plantea dimitir, como exigen varias asociaciones de guardias civiles.

En declaraciones a los periodistas antes de presidir la entrega de medallas al Mérito de Protección Civil, Marlaska ha insistido en las medidas tomadas desde su llegada a Interior para reforzar con medios humanos y materiales la lucha contra el narcotráfico y ha afirmado que "se seguirá invirtiendo todo lo necesario y preciso".

Miguel Ángel Gómez, otro de los fallecidos, era gaditano y pertenecía al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS).

Tenía pareja y una hija. Trabajó en el Ejército —donde obtuvo condecoraciones— previo a su ingreso en la Academia de Baeza (Jaén) en 2019. Hizo sus prácticas en la Sección Fiscal del Puerto de Tarifa, tras lo que pasó destinado al Puesto de Mondéjar (Guadalajara). Después realizó el curso del GEAS y pasó a la Unidad de Actividades Subacuáticas. En septiembre de 2023 llegó destinado al GEAS de Algeciras.

No había consuelo en su despedida en la catedral de Cádiz. Los dos guardias civiles han muerto víctimas de la lucha desigual contra el narcotráfico.

Los dos agentes fallecidos han sido reconocidos con la concesión a título póstumo la Cruz de Oro de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, despertando estos graves hechos todo un debate público y político sobre el impacto del narcotráfico en la costa gaditana y sobre si los dispositivos policiales que combaten contra los clanes de la droga cuentan con suficientes recursos humanos y materiales.

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