UNESCO
El sonido de las campanas anuncian fiestas, incendios, tormentas e incluso la muerte. Esta tradición milenaria era el modo habitual de comunicarse en los pueblos, el 'whatsapp' de hace siglos. Ahora el toque manual español ha sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Eran el modo habitual de comunicarse en los pueblos. Podríamos decir que eran el 'Whatsapp' de hace siglos. Aunque en su caso nunca les ha hecho falta usar emoticonos. Su tañido en sí siempre ha sido todo un estado de ánimo. Un día pueden repicar alegres pero quién sabe si mañana pueden doblar en señal de duelo. Hablamos del sonido de las campanas. Y no de cualquiera, del toque manual español. Una tradición milenaria que ha servido para anunciar fiestas, incendios, tormentas e incluso la muerte.
La UNESCO lo acaba de declarar Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Una lista a la que también se suman el ron cubano y la baguette francesa. Parece que este año, además de sonar, la victoria sabe bien.
Cada pueblo tiene su código
"Te dicen desde el pueblo que hay fuego y te subes a la torre a tocar" y seguido Jesús Arias nos interpreta el aviso de las llamas. "Una vez de joven lo hice", recuerda este campanero de toda la vida en Barcial del Barco, en Zamora, a sus 85 años. El sonido de las campanas es un arte. Quien lo prueba, dicen, repite.
A pesar de los años su lenguaje milenario resiste y no deja de sonar. Ahora, tras este reconocimiento, aún menos. Cada pueblo tiene su toque, su propio código.
Existen hasta 30 formas diferentes de tocar. Una gran variedad de sonidos determinada por las diferentes técnicas: repique, volteo o medio volteo. Combinadas con las habilidades de quienes suben cada día al campanario.
Todas las campanas tienen nombre y nunca se desafinan. Con todo esto se crea un profundo y rico repertorio que marca distintos momentos del día.
De generación en generación
Los toques de campana son también una parte central de los eventos, celebraciones y espectáculos de los pueblos españoles. Luis Segrelles, campanero de Albaida, Valencia, nos explica que "las campanas son la música de los pueblos, el medio de comunicación tradicional que ha llegado a nuestros días".
Una práctica que se transmite de generación en generación. De los campaneros veteranos a los más jóvenes. Y de los grupos y organizaciones que tocan, transmiten, instruyen y difunden el arte del toque tradicional de las campanas. Una herencia viva de nuestros antepasados, ahora considerada patrimonio cultural inmaterial, para seguir siendo transmitida a nuestros descendientes.