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Toni y Joan son los únicos 'cazatormentas' profesionales de España y de los pocos que hay en Europa. Se dedican a perseguir y tomar imágenes de las tormentas para luego estudiarlas. Un trabajo en el que incluso arriesgan su vida.
Tratan de captar la belleza de la naturaleza. Sin embargo, esta es una tarea un poco complicada pues cada rayo dura entre tres y cinco décimas de segundo y son casi imperceptibles para el ojo humano, aunque no para su cámara, que graba "hasta 7.000 'frames' por segundo".
Los 'cazatormentas' estudian dónde van a caer los rayos y desde dónde se podrán ver mejor. Buscan sitios sin árboles, altos y donde el tiempo puede ayudar a captar la mejor imagen. Una vez que llegan al lugar adecuado tienen que grabar antes de que se moje el equipo y la tormenta les atrape.
En caso de sufrir algún daño, los jóvenes están preparados. "Tenemos un botiquín y conocimientos para poder reaccionar en caso de peligro", indican.
Este riesgo que corren, sirve para poder aportar datos a una red europea de detección de rayos.