Canarias
El agresor es un turista extranjero al que presuntamente la víctima de la paliza había intentado robar sus pertenencias el pasado fin de semana
Lo que comenzó siendo una apacible jornada de playa en el sur de Tenerife acabó literalmente a palos. Los protagonistas, dos bañistas que se encontraban en la zona de Los Abrigos, en el municipio de Granadilla de Abona.
Según cuentan testigos presenciales, uno de ellos trató de robar las pertenencias a otra persona que tenía su bolso junto a la toalla en la arena. Cuando éste se percató, agarró un palo y la emprendió a golpes con el supuesto ladrón. Le golpea una y otra vez hasta que el joven cae al suelo, aunque esto no le frena para seguir apaleándole mientras que avanza en dirección al agua.
Mientras todo esto ocurre, los bañistas presencian con gran sorpresa este lamentable espectáculo. Una mujer incluso coge a su hijo de corta edad, asustada, y corre alejándose del lugar por miedo a que esta paliza pudiera afectarle de alguna forma, tratando así de proteger a su bebé. Varias personas observan la situación, aunque no es hasta pasados unos minutos que una persona se acerca para tratar de mediar en el enfrentamiento. En ese momento, el supuesto ladrón, apaleado, está ya en el agua entre las olas.
Es en ese momento cuando se puede escuchar el silbato de los servicios de Socorrismo de la playa que más tarde acuden a socorrer al joven. Minutos después, la Policía Local de Granadilla acudió al lugar de los hechos y tomó declaración al agresor aunque no constan detenciones. El agredido fue atendido por los servicios de socorrismo en la playa pero no precisó traslado a ningún centro sanitario, aunque tenía numerosas heridas, sobre todo en la espalda.
Estos lamentables sucesos ocurrían el pasado fin de semana en una playa del sur de Tenerife, uno de los testigos lo grabó todo y el vídeo rápidamente se ha hecho viral en redes sociales. Precisamente en ellas el vídeo ha generado una enorme polémica por la actitud que tomó la supuesta víctima del robo, mientras que algunos piensan que hizo lo que tenía que hacer, es decir: tomarse la justicia por su mano y defender su propiedad. Otros opinan que la respuesta fue desproporcionada y que pudo haber sido una desgracia ya que le pegaba con saña.
Si bien la indignación ante un acto injusto es comprensible, tomarse la justicia por mano propia, como hizo este bañista, presenta serios riesgos como puede ser violar los derechos de la otra persona, incitar al odio o, como en este caso, poner en riesgo la seguridad de las personas.
En cualquier caso, el hecho que inició la agresión es un acto desgraciadamente muy común en verano. Los robos al descuido en las playas están a la orden del día, máxime en jornadas muy calurosas ya que la gente prefiere estar en remojo, mientras dejan sus pertenencias sin vigilar. Este vídeo quizás haga reflexionar a muchos, tanto a los que se van y dejan sus bolsos sin controlar como a los amigos de lo ajeno.
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