UN GRUPO DE 34 GRAFITEROS
El peritaje de daños se hace como paso previo a interponer la correspondiente denuncia ante los Mossos d'Esquadra, que ya están investigando los hechos. Aunque los daños causados por los vándalos aún no han sido evaluados, los expertos estiman que posiblemente ascienda a varios miles de euros, ya que los grafiteros, que iban organizados, lograron pintar el tren entero por ambos lados.
Según TMB, parte del pasaje mostró su rechazo a esta acción y algunos de los pasajeros fueron increpados y agredidos por los autores de las pintadas. Una mujer embarazada fue rociada con pintura de spray en la cara y otras dos personas fueron zarandeadas y golpeadas en la cara, aunque después de ser atendidas por los servicios médicos ninguna de ellas presentaba lesiones importantes.
Las tres personas agredidas han manifestado también su intención de presentar denuncia por los hechos. Los agresores se dispersaron en grupos y huyeron por los vestíbulos de la línea 4 y de la línea 5 de esta estación de Maragall, por donde salieron al exterior.
Durante la huida, un presunto integrante de este grupo fue retenido por miembros de seguridad del metro y fue puesto a disposición de los Mossos d'Esquadra. El detenido llevaba material para pintar el tren y una cámara tipo "Go-pro" para grabar la acción vandálica.
Un portavoz de TMB ha insistido en que el metro de Barcelona suele ser objeto diario de acciones vandálicas de grafiteros, un movimiento que, según la compañía, ha evolucionado "hacia comportamientos de delincuencia organizada". TMB considera que este tipo de vandalismo grafitero es hoy el principal problema en el ámbito de la seguridad para los operadores ferroviarios en España.
De hecho, según las mismas fuentes, el metro de Barcelona sufre cada día dos intentos de intrusiones de grafiteros, algunos de los cuales son impedidos por los vigilantes. Durante las últimas semanas, los vándalos también han pintado el vagón histórico del metro de Can Buxeres y han causado desperfectos en la estación de Vilapicina.