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Los peces y animales que viven en los acuarios de Finisterre son alimentados con regularidad, pero esto no impide que florezca el instinto depredador de alguna de sus especies. Esto ha ocurrido con Gastón, un tiburón que se encuentra sumergido en la emblemática sala llamada Nautilus.
Sus cuidadores se han sorprendido con el suceso. Este tiburón llegó al acuario hace 12 años, procedente de otro ubicado en el sureste de Francia. Tras una etapa en la que permaneció aislado para su adaptación, fue trasladado al tanque citado, Nautilus, donde vive desde entonces.
Es una especie con una longitud de 3 metros y 120 kilogramos. El público puede presenciar como sus cuidadores le alimentan los lunes, miércoles y viernes a las 11:30, pero no hay hora fijada para poder contemplar cuando le apetece un antojo.