Galicia
Su madre y sus profesores denunciaron hace unos días la imposibilidad de conseguir un autobús en el que Tiago pudiese viajar junto a su clase debido a su silla de ruedas eléctrica. La Xunta de Galicia ha llegado a un acuerdo para facilitarle uno.
Hace un par de días, al conocer la historia de Tiago, hacíamos referencia a su fuerza y valentía. También al espíritu luchador de toda su familia y al apoyo incondicional de sus compañeros y profesores. Hoy, con gran satisfacción, podemos decir que todo esto no es baladí. En absoluto. Más bien todo lo contrario.
La atrofia espinal muscular que padece este pequeño de Porto do Son, A Coruña, es una enfermedad que hace que vayan muriendo las neuronas que permiten mover los brazos, las piernas o la cabeza. Una enfermedad muy dura que, pese a todo, no borra la sonrisa de su rostro. “Es un niño muy especial”, nos contaba su tutora, Marisel. Lo es, y hablando con los que le rodean nos hacemos una idea de por qué.
Sus profesores y sus compañeros del colegio Santa Irene de Porto do Son tenían claro que la excursión que estaban preparando a Santiago era para todos. “O vamos todos o no va ninguno”, esa era la máxima. Pero las compañías de autobuses no se lo estaban poniendo nada fácil.
Tiago comenzó desde muy pequeñito a recibir un tratamiento novedoso para frenar el avance de su atrofia espinal muscular. Fue la primera persona en recibirlo en toda España y se llegó a considerar en su momento el tratamiento más caro del mundo. Gracias a él su mejora fue espectacular. Puede hacer muchas cosas que hubieran sido imposibles. Así es que, después de un periplo absolutamente agotador de médicos y burocracia, no conseguir un autobús adaptado parecía casi una broma de mal gusto para esta familia.
Hasta este momento era su madre, Carmen Vázquez, la que le llevaba a las excursiones que se hacían cerca del colegio en su furgoneta adaptada, pero esto implicaba que Tiago tenía que ir aparte del grupo. “Él quiere ir en el autobús con sus compañeros”, explica. Y sus compañeros con él.
Pese a todos los intentos del colegio, no había manera de conseguir un autobús adaptado para la fecha de la salida, así es que decidieron hacer público el caso y denunciar la situación. Para tratar de resolverla, por supuesto, pero también para intentar concienciar a la sociedad: “¿Cómo es posible que sea tan difícil encontrar un autobús?”.
La solidaridad no tardó en llegar y desde la asociación Amicos ofrecieron un microbús adaptado. El problema es que tiene 9 plazas y a la excursión van 17 niños más 3 adultos. Con tanto movimiento, el colegio optó también por poner la situación en conocimiento de la Consellería de Educación. “Teníamos que haberlo hecho antes, fuimos gestionándolo como surgió y no nos dimos cuenta”.
Desde la Xunta se pusieron manos a la obra y en las últimas horas llegaba la buena noticia. El ayuntamiento de Porto do Son también se movilizó en las gestiones y, finalmente, han conseguido un autobús adaptado en el que Tiago podrá viajar junto a su clase para realizar la excursión.
“Ya bastante difícil lo tienen estos niños como para que nosotros no hagamos todo lo posible por ponérselo un poco más fácil”, nos decía su tutora. Aquí un claro ejemplo de que entre todos, cuando se quiere, se puede.