HOGUERAS DE SAN JUAN
En solo 25 minutos ardió el monumento de 102.000 euros y 20 metros de altura en la plaza del ayuntamiento de Alicante.
La temperatura sube momentos antes de que los bomberos rocíen con agua a la gente en la tradicional banyá.
La "cremá" de los 184 monumentos plantados a lo largo de la ciudad de Alicante ha dado por concluida las fiestas de las Hogueras 2010, marcadas por la crisis económica tanto por la menor cuantía de los presupuestos de construcción como por acaparar la mayoría de las temáticas.
Si ya en 2009 estas fiestas experimentaron severos recortes de financiación, este año se han agudizado y, por ejemplo, entre las diez hogueras especiales se ha gastado 150.000 euros menos.
El tradicional rito que combina elementos tan dispares como el fuego y el agua ha dado comienzo a medianoche justo después de que la pirotecnia Hermanos Ferrández lanzara una "majestuosa" palmera desde uno de los torreones del castillo de Santa Bárbara, que domina la ciudad y la bahía de Alicante.
La palmera, que según la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, podría entrar en el Guinness de los récord como la mayor del mundo, ha iluminado durante más de 20 segundos el cielo de la capital con cientos de fogones blancos cayendo en vertical en forma de palmera (más conocido como el "llorar" de la palmera).
Los responsables mantienen que el ingenio pirotécnico ha alcanzado un diámetro de nada más y nada menos que unos 700 metros, casi el doble que en años anteriores.
Este ha sido prácticamente el único exceso de las Hogueras'2010, además de la coincidencia el pasado sábado durante la "plantá" de los monumentos del ascenso del Hércules Club de Fútbol a Primera División, lo que hizo que se multiplicara la cantidad de gente en las calles.
La palmera desde el castillo ha dado inicio a la "cremá" de las 92 hogueras adultas y otras tantas infantiles de forma controlada por 550 efectivos de las brigadas de los bomberos, policía local y protección civil.
Junto con la quema se repite invariablemente en todos los rincones la popular "banyá", que consiste en que los bomberos se hacen de rogar aunque acaban dirigiendo las mangueras al público para sofocar el intenso calor que desprenden los catafalcos en combustión.
La primera hoguera en arder ha sido la del ayuntamiento, titulada "Amor de verano", bajo la mirada atenta de la alcaldesa y la dama de las fiestas, la "bellea del foc", Marian Guijarro, la cual ha sufrido un retraso de unos diez minutos por resistirse al prendido la aledaña de categoría infantil, que siempre antecede a la adulta.
Como novedad este año, se ha puesto música en la plaza del consistorio para animar a los cientos de adolescentes y no tan jóvenes apostados en las esquinas para seguir la "cremá" y darse la primera "banyá".
A partir de aquí, los bomberos se han repartido en grupos para calcinar los monumentos de la ciudad, que este año han elegido en su mayoría críticas y reflexiones en torno a la situación económica y el paro, sin olvidar a los políticos locales y otros nacionales, como José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.
A partir de entonces, la ciudad tratará de recobrar la normalidad lo antes posible después de cinco días con abundancia de decibelios procedentes de los racós y barracas hasta altas horas de la madrugada, y con incómodos atascos para los conductores por los cortes de calles en el centro de la ciudad.