Malos tratos
"En 15 días no aparecía, venía un día y se iba siete. No aparecía por el trabajo y llegó a boicotear a la propia empresa que montamos" explica.
Insultos, bofetadas, patadas… son algunas de las agresiones que ha sufrido Vanessa Souto Rodríguez por parte de quien es, todavía hoy, su marido. Hace diez años, esta joven de Coristanco (A Coruña) volvió a Galicia para estar más cerca de su familia, pero conoció a su verdugo. Después de ocho años de malos tratos, Vanessa se cansó de guardar silencio. "Hace tiempo que empecé el tratamiento psicológico y fue mi psicóloga, precisamente, la que me animó a denunciar. Me decía que si no lo hacía yo, lo haría ella por mi", nos cuenta.
"Nos casamos en 2015. Al principio, durante unos meses todo fue bien, pero duró poco; después vino lo peor.", relata. "En 15 días no aparecía, venía un día y se iba siete. No aparecía por el trabajo y llegó a boicotear a la propia empresa que montamos, y de la que todavía somos socios. A mi me trataba fatal. Me daba patadas, levantaba sillas, me tiraba vasos, me pinchó las ruedas del coche, iba de prostitutas y me decía que ellas eran mejores que yo. Incluso llegó a acosar a mis padres, los llamaba de madrugada".
Vanessa aguantó estos comportamientos hasta el pasado mes de febrero, cuando decidió separarse. Entonces comenzaron otras amenazas: "No te mato porque hay justicia. Voy a a acabar contigo cueste lo que me cueste". A pesar de eso, en verano decidió darle otra oportunidad. "Fue el mayor error que pude cometer".
Ahora, en pleno proceso de divorcio, con una empresa en común con él, varias demandas interpuestas y una condena sobre su ex pareja de cuatro meses de prisión y una orden de alejamiento, Vanessa dice sentirse "indefensa y desamparada me siento. Por todo el mundo, no solo por la justicia". Asegura que la gente la señala, en lugar de apoyarla y afirma: "tengo miedo de que pase algo más. No me va a dejar tranquila". Por eso ha decidido hacer público su caso. Una llamada de auxilio para reclamar "más protección e información porque las mujeres en esta situación no sabemos por dónde tirar".