Santa Cruz de Tenerife
Las niñas Anna y Olivia, asesinadas por su padre Tomás Gimeno en el año 2021, han sido homenajeadas en su ciudad natal, con una escultura de ambas en un parque infantil.
Ha pasado un año y medio desde que las pequeñas Anna y Olivia fueran secuestradas por su padre, Tomás Gimeno, y asesinadas posteriormente por él. Este caso conmocionó enormemente a la sociedad española y se considera uno de los más mediáticos en los últimos tiempos. El cuerpo de Olivia, la hermana mayor, fue hallado el 10 de junio de 2021, tras un mes y medio de búsqueda que llevó a las autoridades al límite de sus capacidades.
Con la muerte de la hermana mayor, se dio por sentado que la niña pequeña fue asesinada también, y que su padre se suicidó para que no pudieran localizarlo nunca. Tres semanas después de hallar el cuerpo de Olivia, el buque 'Ángeles Alvariño', encargado de buscar los cuerpos, anunció que concluía con sus labores, dando por hecho que era imposible encontrar a la hermana pequeña y al padre de las niñas, y considerando un milagro que hubieran dado con Olivia.
Ahora, y un año y medio después de la tragedia, Santa Cruz de Tenerife ha querido rendir homenaje a las dos hermanas con la creación de una escultura en un parque infantil de la ciudad que las vio nacer. Su madre, Beatriz Zimmermann, estuvo presente en la inauguración de la escultura, que se produjo este pasado martes, y se mostró agradecida por todas las muestras de cariño recibidas a lo largo de esta etapa tan complicada de su vida.
El 'caso Bretón' se repitió 10 años después, pero sin culpable en el banquillo
En el año 2011, el crimen de los niños Ruth y José conmocionó a España. José Bretón, padre de los menores, los durmió y los calcinó en una hoguera que llegó a alcanzar los 1.200 ºC, en la finca de Las Quemadillas. Bretón, que mató a sus hijos tras pedirle su mujer el divorcio, negó repetidamente los hechos hasta que terminó por reconocerlos en una sesión de terapia en la cárcel. Bretón saldrá de la cárcel, como muy tarde, en el año 2038, tras serle rebajada la condena.
Diez años después, se vivió una cronología parecida, aunque, en este caso, fue con dos niñas, con unos padres que ya parecían tener rehechas sus vidas, y donde la venganza volvió a ser el motivo de los asesinatos. No obstante, y a diferencia de Bretón, Tomás Gimeno no ha aparecido y se cree que su cuerpo está sepultado bajo el mar, igual que el de su hija Anna, por lo que son pocas las esperanzas de que algún día aparezca con vida y se le pueda juzgar por sus crímenes.