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Narcopiso

Temor en Vigo por un narcopiso junto a una guardería y a la Ciudad de la Justicia: "Es un peligro para todos"

Los vecinos denuncian peleas, venta de drogas y un peligro para los más pequeños.

El problema viene de lejos, pero se ha agravado en las últimas semanas. Los vecinos del entorno de la calle Pizarro de Vigo están desesperados. En la zona hay una casa que se encuentra en estado ruinoso desde hace ya varios años, pero ahora, además del problema que supone que se pueda venir abajo, la mayor amenaza son sus moradores. "Venden droga durante todo el día, es increíble el trasiego de gente que hay a cualquier hora", se queja Rosa Vello, portavoz de los vecinos del entorno.

Además del riesgo de derrumbe de la vivienda y de los problemas de trapicheos, la maleza y la basura lo invaden todo. "Como haya un incendio eso arde sin tener fin, es un peligro para todos. ¿No se dan cuenta?", lamenta Rosa. Pero hay más. La edificación se encuentra a pocos metros de la guardería que se abrió para los hijos de quienes trabajan en la Ciudad de la Justicia de Vigo, lo que hace que el problema sea aún mayor. "Hay mucho niños por la zona", denuncian.

Rosa, que además de vecina de la zona es propietaria de una cafetería en el barrio de la que prefiere que no desvelemos su nombre para evitar problemas con los okupas, explica cómo hace poco entró en su negocio un hombre que había recibido varias puñaladas "pidiendo servilletas para tapar las heridas". Le ofrecieron ayuda y también llamaron a la Policía, pero cuando los agentes llegaron, el herido ya se había dado a la fuga. Y eso suele ser lo que siempre ocurre cuando se llama a las autoridades: desaparecen.

Los propietarios del narcopiso son varios herederos que no llegaron a un acuerdo con el inmueble y lo abandonaron. La Policía se persona en el narcopiso con frecuencia, pero poco puede hacer contra quienes siembran el caos en el barrio. Así que los vecinos se han puesto en comunicación con el Ayuntamiento de Vigo para pedirles que tomen cartas en el asunto, aunque, por ahora, sin éxito.

Las peleas, la venta de drogas, los conflictos entre los okupas y la basura que acumulan se han convertido en algo habitual en esta zona de la ciudad por la que, además, transitan muchos niños a diario. Un peligro para todos los vecinos que viven, además, atemorizados por la violencia con la que actúan estas personas.