Asesinato
El cuerpo fue encontrado detrás de un banco de hormigón. La madre aseguró que le habían raptado, pero después confesó haberle asfixiado accidentalmente.
La madre que mató a su bebé de ocho meses en Zaragoza ha confesado haberle asfixiado de forma accidental al taparle la boca para no oír sus lloros.
En declaraciones ante el titular del juzgado de guardia en el que compareció este miércoles, la progenitora confesó haberle tapado la boca con la intención de no oírle llorar, contradiciendo su primera versión, en la que aseguraba que había sido asaltada por dos personas norteafricanas que habían raptado al bebé.
Una vez hallado el cadáver del menor, y ante las incongruencias de su primera versión, la madre confesó haberle asfixiado accidentalmente. El cuerpo del niño de ocho meses fue encontrado junto a un banco de hormigón cerca del edificio CaixaForum de Zaragoza.
Poco después descubrieron que las cámaras del edificio CaixaForum habían grabado a la mujer acercándose al banco y dejando un bulto en el suelo. Los agentes de Policía procedieron a su detención por un presunto delito de asesinato con el agravante de parentesco.
La madre del bebé había tenido problemas psicológicos y de adicción a diferentes drogas, por lo que los agentes habían activado la 'Alerta Amber', el protocolo de actuación ante desapariciones de alto riesgo.
Tras escuchar al fiscal y las versiones de su defensa, el juez envió a la mujer a prisión por asesinato. Los forenses confirmaron que la muerte se había producido por asfixia.
El padre del menor había denunciado ambas desapariciones, tanto la de su hijo como la de su progenitora, natural de León aunque residente en Zaragoza.
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