Accidente de Angrois
Un técnico ha revelado a las víctimas del accidente de Angrois (Santiago) que directivos de Talgo ordenaron borrar de la base de datos "todas las averías" detectadas en el tren accidentado media hora después del siniestro. En el accidente, ocurrido el 24 de julio de 2013, fallecieron 80 personas.
Pablo Andrés Jara Torres, el técnico que ha revelado esta información y que "mecánico oficial de Talgo" en aquel momento, cuenta ahora que los días anteriores al accidente se encargó de la revisión del convoy que descarriló en la curva de A Grandeira. En una declaración jurada aportada a las víctimas, indica que "transcurrida una media hora del accidente, aproximadamente sobre las 21:15, varios directivos de Talgo que se personaron y que no conocía (...) dieron la orden taxativa de borrar todas las averías que tenía el tren de la base de datos del sistema de gestión de averías".
El mecánico asegura que llegaron al taller de Fuencarral (en el que se revisó el tren) directivos de Talgo a los que no conocía junto con el jefe del taller, José Luis Bayona, y el director de mantenimiento, Luis Alfonso Henar. La orden se la dieron a otro empleado de Talgo, Juan Carlos García Arribas, "administrador de sistemas informáticos", según Jara Torres.
El escrito ha sido remitido al juzgado de instrucción número 3 de Santiago, que investiga la causa. El abogado de la plataforma de víctimas, Manuel Alonso Ferrezuelo, ha solicitado que se cite como testigos tanto a este técnico que ahora facilita la información como al jefe del taller, el director de mantenimiento y el administrador de sistemas informáticos.
"Les dieron la enhorabuena por haber borrado toda esa información"
En su declaración jurada, el técnico advierte de que durante la revisión del tren accidentado anotó "diferentes averías" y que algunas de ellas las clasificó, "dada su gravedad, como críticas". Entre las incidencias "críticas" que anotó, asegura que había "valonas rozadas, enganches con holgura, rótulas agrietadas, etcétera".
Pero una media hora después del accidente, de acuerdo con su relato, se trasladaron hasta el taller de Fuencarral "varios directivos de Talgo" que dieron "la orden taxativa de borrar todas la averías que tenía el tren de la base de datos". Y añade en su declaración jurada que "incluso les dieron la enhorabuena por haber conseguido borrar toda esa información".