Desprendimiento
En esta vía nacional catalana-aragonesa sufre cortes frecuentes por desprendimientos de piedras, hoy ha vuelto a ocurrir.
La carretera N-230, que cruza Aragón y Cataluña, ha sufrido un corte de al menos 9 horas por el desprendimiento de piedras en la zona del pantano de Escales, en el municipio de Sopeira (Huesca). La vía no se reabierto al completo, ya que aún hay un tramo que sigue cortado, aunque los conductores pueden circular por una vía alternativa.
En esta ocasión, todo ha quedado en un susto ya que nadie ha sido herido. Muchos vecinos lo achacan a la hora, ya que todo ha ocurrido a las 5 de la mañana y no había mucho tráfico. Y es que no es un hecho aislado, estos desprendimientos llevan ocurriendo durante años. Un taxista de la zona, Enrique, nos cuenta que "pasa habitualmente" y que a pesar de que se pongan redes para que las piedras no caigan al asfalto, sigue habiendo problemas.
Además, asegura que se trata de una zona complicada porque las administraciones de Cataluña y de Aragón "se pasan la pelota unas a otras y no se hace cargo ninguna" y que "no hacen ni caso".
El taxista cuenta que es una carretera nacional "dejada de la mano de Dios" a pesar de que al día pasan más de 600 camiones ya que es una zona de paso para los transportes que pasan la frontera con Francia o van hacia el País Vasco.
"Algún día pasará algo grave", advierte Enrique que pasa por allí frecuente mente ya que trabaja en la zona del Valle de Arán, que ve como solución una ruta que no pase tan cerca de las paredes de piedra para evitar que estos desprendimientos caigan encima de los coches, como ocurrió hace menos de un año un hombre perdió un ojo a causa del golpe de una piedra.
"Se debatió entre la vida y la muerte", lamenta Enrique, que cree que hasta que un día no ocurra algo "más grave" no se van a preocupar por el estado de esta carrera.
Y, no solo ha pasado estas dos veces, este verano más de lo mismo. Misma carretera, mismo tramo, mismo problema. Ahí piedras, que parece, no están en el tejado de nadie.