Sentencia
El soldado fue absuelto porque el cabo lo autorizó a tumbarse a descansar.
Se quedó dormido en plena guardia y ha sido condenado a 3 meses de cárcel. El Supremo ha ratificado la pena para un cabo del Ejército de Tierra que decidió echar una siesta en un polvorín de Ceuta "porque estaban aburridos" mientras estaba de turno.
El delito que se le ha impuesto a este cabo es el de quebrantamiento de servicio. No sabemos con qué estaba soñando este militar cuando pasada la medianoche el teniente que realizaba la inspección semanal al Acuartelamiento Otero de Ceuta pidió avisar de su llegada al cuerpo de guardia del Polvorín Hacho-Obispo y fue imposible incluso después de llamar por teléfono. No se dio por vencido y volvió al acuartalamiento por unas llaves y regresó alrededor de la 1:15 horas.
Al entrar observó que las luces estaban apagadas y que en la dependencia de la guardia de seguridad "no había nadie". Además vio al soldado y al cabo "tumbados en las camas de las literas y completamente dormidos".
5 minutos después el cabo se despertó ""totalmente desorientado, mal uniformado, sin portar el armamento". El soldado fue absuelto porque fue autorizado por el cabo a descansar, facultad que según todos los testigos estaba prevista durante ese servicio de 24 horas de duración.
El cabo en su defensa aseguró que no actuó con voluntad de abandonar el servicio y que se acostara de manera libre y voluntaria con la intención de dormir pensando que su acción iba a quedar impune. Pero la Sala le recordó que el propio condenado reconoció haberse quedado "transpuesto" y cuando el fiscal le preguntó si pensó que tumbándose en la cama podría desatender el servicio y quedarse dormido, este respondió: "Sí, bueno... pero no sé".