Despido improcedente
Sonia fue despedida de manera improcedente del tanatorio en el que trabajaba por negarse a llevar tacones.
El tanatorio de Huelva en el que trabajaba Sonia la obligó a ponerse tacones de 9 centímetros. Una demanda a la que ella se negó, ya que padece una hernia discal. Fue entonces cuando la despidieron. Sonia denunció a su empresa y ahora, más de un año después, la Justicia le ha dado la razón y ha considerado nulo el despido. "Viendo el motivo, yo pensaba que era una broma", contaba asombrada Sonia en diciembre de 2021.
La justicia apoya a Sonia
Después de demandar a la empresa a raíz de la polémica con su uniforme de trabajo, Sonia -es su nombre ficticio- terminó por ser despedida. La empresa alegó 'motivos disciplinarios' para cesarla de sus funciones. Ahora, el juzgado ha sancionado al tanatorio con una multa de 80.000 euros por filtrar los datos personales de su empleada y han tenido que readmitirla.
No obstante, los problemas, lejos de solventarse, no han hecho sino empeorar para Sonia. Y es que ahora asegura que en su trabajo le hacen bullying: "La cosa ha ido a peor. Me quitan complementos de vacaciones, me quitan complementos de flores, me quitan subida salarial, me dicen que no me corresponde... Actualmente estoy de baja por estrés agudo y estoy a la espera de que inspección de trabajo haga algo", cuenta Sonia frente a la cámara.
Derecho al olvido
Sonia critica que la empresa intentó tacharla "de mala profesional" públicamente, con un rastro en internet que la retrataba de cara a posibles ofertas de trabajo en el futuro. La trabajadora, además, pidió a los medios de comunicación que publicaron sus datos que retiraran la información de las noticias en internet y reclamó a Google por el derecho al olvido, para que también se eliminara este rastro.
Servisa, la empresa en la que trabajaba Sonia, difundió a la prensa en un comunicado todos sus datos personales. En ellos no solo figuraba su nombre y apellidos, sino que decía que había sido despedida por la vía disciplinaria. Incluso desvelaba su afiliación sindical.
Más casos
Son muchos los casos como el de Sonia en los que la lacra del machismo sigue estando presente. Hace ya un par de años, una mujer denunció a su empresa por los mismos motivos. La Justicia terminó concediéndole la razón y obligó a la empresa a readmitirla en su puesto de trabajo.
Otro caso fue el de una mujer que puso un anuncio buscando trabajo de camarera. Un hombre la contactó asegurando que era hostelero y le pidió fotos de su escote porque era lo que más se valoraba en el puesto. "El hombre se puso en contacto conmigo y me dijo que quería que le mandase mis fotos de Instagram para él verme, lo último que me pedía era mi currículum", se quejaba la mujer.