Coronavirus
En esta España donde la mayoría busca cómo disfrutar del fin del estado de alarma, todavía quedan municipios confinados perimetralmente.
Padrón (A Coruña), Cambados (Pontevedra) y Laza (Ourense) son los tres ayuntamientos que se mantienen en riesgo extremo y por ello permanecen cerrados perimetralmente.
El Tribunal Superior de Xustiza ha avalado las medidas propuestas por la Xunta de Galicia para los ayuntamientos considerados en riesgo extremo. Se trata de aquellas localidades en las que se superan los 250 contagios por 100.000 habitantes.
Cierre perimetral, toque de queda y hostelería solo para llevar, son algunas de las medidas. Además de prohibir las reuniones entre no convivientes o reducir los aforos en los comercios.
"Ver como todo el mundo se puede mover y nosotros estamos aquí cerrados es una faena, pero es lo que toca". La mayoría de los vecinos viven la situación con resignación porque, aseguran, "no queda otra". Y apelan a la responsabilidad de todos para que las cosas cambien lo antes posible. "Por unos pocos irresponsables pagamos todos, esto es pagar justos por pecadores, pero ahora hay que tener paciencia". Esto es lo que nos cuentan vecinos, hosteleros y comerciantes, algunos al límite de sus posibilidades. "Llevamos así un año y esto es una gran impotencia" nos dice Cruz, mientras sirve algunos cafés para llevar. Juan José también ha abierto hoy su pulpería, pero no hay nadie pidiendo una tapa, "solo para llevar es complicado mantenerse, pero hay que abrir".
La feria de Padrón es una de las más reconocidas de Galicia. Cientos de personas visitan la localidad cada domingo para acudir a los numerosos puestos de todo tipo de productos traídos desde toda la comunidad. Dadas las circunstancias, en estos momentos solo hay puestos de alimentación, y muchos menos de los habituales. "Normalmente traemos 2 furgonetas llenas de pan, ahora con una por la mitad ya nos llega" aseguran desde el puesto de la panadería Cervela. "Ver así la feria es una pena".
La próxima semana se reúne de nuevo el comité clínico que asesora a la Xunta y que valora los datos epidemiológicos de cada ayuntamiento. Con la vista puesta en ese momento, los vecinos esperan pacientes, aunque cansados, que su situación mejore.