DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER
"Sobrevivir para malvivir". Así comienza Beatriz Figueroa, una paciente de cáncer, una carta a la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, en la que le dice que, a pesar de ser una "superviviente", se siente "desahuciada" por el sistema de Seguridad Social que le ha dejado "en total desprotección".
Figueroa dejó la misiva en el Ministerio de Sanidad, al que acudió el pasado jueves para entregar dos millones de firmas recogidos a través de tres iniciativas ciudadanas en la plataforma Change.org con el fin de pedir más investigación contra el cáncer y mayor protección para los enfermos.
"La batalla contra el cáncer se libra en dos frentes. El primero, bien conocido por todos, es la propia enfermedad, que en el peor de los casos mata, en el mejor perdona y, en muchas ocasiones, mutila. Los que nos encontramos dentro de este tercer caso nos vemos obligados a luchar en un segundo frente: el de la Administración", dice en su carta esta paciente, diagnosticada hace seis años.
Figueroa lamenta que la definición de 'Estado social' reconocido en la Constitución sea "pura retórica, ya que "la cruel realidad que sufrimos los enfermos oncológicos mientras nos recuperamos de esta grave dolencia es una injusticia social".
En su carta a la ministra, denuncia que la Administración "no tiene ningún escrúpulo para amargarnos el ya de por sí duro trance de recuperarnos y aprender a convivir para siempre con los enemigos al acecho: uno es el cáncer, el otro es la pobreza y exclusión por carecer de protección social, económica y laboral mientras superamos una grave enfermedad que nosotros no hemos elegido".
"No seré yo la que le diga que los lazos rosas hagan daño. El problema es que este sistema incapaz de garantizarnos una protección suficiente y eficiente durante la terrible experiencia de un cáncer no tiene ningún derecho a pedirnos que veamos nada de color de rosa ni con optimismo", señal. Beatriz Figueroa termina la misiva diciéndole a la ministra que los pacientes se consideran "víctimas de la tiranía del pensamiento positivo institucional, porque lo que realmente sentimos es ira, rabia, indignación y mucha impotencia".