Coronavirus
Parece que debido a la situación que estamos viviendo hay muchas personas, incluso niños, que están sufriendo lo que los psicólogos denominamos coloquialmente 'síndrome de la cabaña'. No es un trastorno psicológico como tal, pero nos puede ayudar a entender la angustia y ansiedad de las personas al salir de casa por miedo al contagio.
El 'síndrome de la cabaña' se empezó a estudiar a través de los cambios comportamentales que afectaban a las personas que pasaban largos periodos de tiempo confinadas en un mismo lugar y en soledad, por ejemplo, en profesiones como la de fareros (antes de que los faros se automatizaran) o astronautas.
En España han aumentado los casos a partir de la pandemia, con gran cantidad de personas que se relacionan lo justo físicamente con el entorno, manteniéndose la mayor parte del tiempo en la seguridad de su hogar.
Punto y aparte es el caso de quienes ya sufrían de hipocondría. Ante la incertidumbre sobre el comportamiento del virus, esas personas intensifican sus miedos a contraer la enfermedad, extremando la higiene en su ambiente de forma obsesiva y no queriendo salir ni relacionarse con nadie por miedo al contagio.
Claves para saber si tenemos el 'síndrome de la cabaña'
1. Reacciones extremas ante la necesidad de salir de casa
Por ejemplo, puede ser normal que no me apetezca salir a dar un paseo porque tengo una espaciosa terraza, pero debemos estar alerta si cuando tengo que bajar la basura tengo pánico al contagio y lo paso fatal.
2. La hipervigilancia
Está claro, y todos lo entendemos, que cuando compartimos el espacio con otras personas debemos mantener las distancias físicas y ponernos las mascarillas. Pero si medimos exactamente la distancia cuando nos cruzamos con otra persona, o lo pasamos francamente mal, desarrollando incluso síntomas físicos, si vemos a alguien sin mascarilla a cinco metros de distancia, ya hay algo patológico en nuestro comportamiento.
3. Miedo a ir al lugar físico de trabajo
Durante esta pandemia muchos trabajadores han teletrabajadoen el espacio de su hogar. Si salimos a la calle (espacio abierto) con normalidad, pero solo pensar en el espacio cerrado de la oficina nos entran sudores, pensemos que nos está ocurriendo algo.
4. Síntomas que nos deben alertar
Si durante estas pasadas fiestas, con gran bullicio de gente por las calles, cuando realizaba compras o salía a dar un paseo experimentaba angustia, miedo, tristeza, apatía, nerviosismo o problemas para conciliar el sueño… Se trata de síntomas que nos deben alertar de que algo no marcha bien en nosotros.
Tres consejos para frenar al miedo a salir de casa
1. Si es un miedo que nos paraliza, desde luego pidamos ayuda profesional. No es algo que se pase solo y, realmente, podemos entrar en ataques de pánico o ansiedad.
2. Adaptarnos poco a poco. Salgamos de casa poco a poco. Empezaremos por paseos cortos, que día a día iremos alargando. Lo mismo con el tema del trabajo. Si se puede no acudir todos los días a la oficina sino alternar teletrabajo con presencial, mejor hacerlo paulatinamente hasta que nos adaptemos a la nueva situación.
3. Normalicemos las emociones. Debemos experimentar como normal los miedos e inseguridades que la nueva situación nos ha hecho vivir. Toda novedad, y más cuando llega acompañada de inseguridad, produce en nosotros este tipo de emociones. Hay que aceptarlas, gestionarlas y controlarlas con pensamientos realistas e información veraz para que, queridos lectores, no nos bloqueen o paralicen.
Alicia López Losantos es psicóloga y socióloga