MILES DE PEREGRINOS HAN LLEGADO DESILUSIONADOS
La sensación de alegría e ilusión para los peregrinos al llegar a Santiago, tras varios días caminando, hoy es imperceptible. En las calles solo se ven caras de desilusión, de desazón.
Muchos de ellos habían marcado con rojo el día de hoy, el del patrón, en el calendario, y querían terminar su camino a tiempo para poder estar en la ciudad. Sin embargo, la sensación de satisfacción por haberlo logrado se enrarece al recordar que hay muchos otros que no van a llegar.
Las banderas ondean a media asta, los crespones negros presiden las instituciones y lo que más impresiona: el silencio en el día grande del Apóstol. Las gaitas no suenan en el arco de Palacio. El día de fiesta se ha transformado en día de luto.
Todos los actos previstos para el día del Apóstol se han suspendido. Todos salvo la misa, una misa alegre que se ha transformado en una misa de recuerdo de las víctimas, de sus familiares y de apoyo a los heridos que intentan luchas por sus vidas en el hospital. Se ha recordado también que el Papa Francisco, que está de viaje en Brasil, ha lanzado un mensaje de ánimo para las víctimas del accidente.