SE TRABAJA EN LA EVALUACIÓN DE DAÑOS
Los vecinos del navarro Valle de Baztán viven entre la conmoción y las muestras de solidaridad el día siguiente a la riada que ha causado grandes daños, sobre todo, en Elizondo, la capital del municipio, donde se trabaja ya en la evaluación de los daños causados por las tormentas.
El Valle de Baztán, el más extenso de Navarra, con 376 kilómetros cuadrados, compuesto por quince pueblos, sufrió una sucesión de tormentas de gran intensidad que llegaron a descargar hasta 37 litros por metro cuadrado en una hora y que han causado cuantiosos daños en infraestructuras públicas y propiedades particulares.
Aunque la zona de Elizondo más alejada del río apenas se vio afectada, en la colindante al cauce continúan las labores de limpieza, si bien la situación ya se ha normalizado, "porque ayer se hizo un trabajo extraordinario desde el minuto cero", ha comentado la concejala del Ayuntamiento de Valle de Baztán Begoña Sanzberro, exconsejera de Desarrollo Rural del Gobierno de Navarra.
Sanzberro ha explicado que costará más tiempo volver a la normalidad en los locales y casas particulares de Elizondo, porque hay importantes daños en maquinaria de todo tipo, hay tabiques interiores que se han venido abajo, escaparates rotos y mobiliario que será irrecuperable. "Esa realidad física no se puede reponer de un día para otro, porque primero hay que desescombrar todo, hay que sacar el género de los establecimientos; es un proceso complicado", ha destacado la concejala.
Hay maquinaria agrícola afectada por la riada en alguna explotación de Arizkun que se encuentra junto al río, pero los mayores daños se han producido en la maquinaria industrial que se encontraba en establecimientos como carnicerías, restaurantes, talleres o carpinterías del casco urbano de Elizondo.