PODRÍA HABERSE EVITADO
Una mujer de 40 años acudió al médico con dolores osteoarticulares y tos crónica, a lo que fue diagnosticada y tratada con asma en 2011. Debido a que esa enfermedad "nunca fue confirmada con las pruebas adecuadas", los médicos no decidieron derivarla a urgencias hasta 2012,ya que durante ese periodo no había notado mejoría. Finalmente, tras realizarle una serie de pruebas médicas, la mujer fue diagnosticada con un adenocarcinoma de pulmón en estadio IV.
Los peritos afirman que si el cáncer se le hubiese detectado en los estadios I o II, se podría haber practicado una cirugía que contaba con buen pronóstico. En un TAC vieron una lesión relacionada con una metástasis pero al ser una persona no fumadora lo trataron como una contractura. El magistrado considera que hubo perdida de oportunidad, por lo tanto, el SERGAS ha sido condenado a indemnizar al viudo y a los dos hijos de la víctima. Pero no es la primera vez que suceden estas negligencias en la sanidad, ya que, cada vez salen a la luz nuevos casos en los que se ha realizado un mal diagnóstico.