ASÍ LO VIVIMOS
Era enero de 1969 y en el frío Londres se encontraba John, Paul, George y Ringo grabando el álbum 'Let it Be' en el sótano del su estudio de grabación. En un momento dado, decidieron ofrecer un concierto improvisado, pensaron tocar frente a las pirámides, la torre Eiffel, sobre un barco...Al final, en medio de un clima insoportable de enfrentamientos y desavenencias, se conformaron con el tejado.
El cineasta Michael Lindsay-Hogg puso a su disposición todo un arsenal de cámaras para que los viandantes que pasaban por la calle pudieran verles. De este modo, los cuatro de Liverpool, ataviados con llamativos abrigos, interpretaron cinco canciones que tuvieron que repetir varias veces. John Lennon necesitó un apuntador, no se acordaba de las letras, sobre todo las de McCartney.
Rápidamente la gente comenzó a congregarse en la calle. En este barrio londinense la atronadora música de la banda molestaba el relajado momento de la comida.
Ante ese estruendo, algunos vecinos llamaron a la Policía. Los agentes subieron a la azotea y llegaron a desconectar la guitarra de George Harrison..."Espero que hayamos pasado la prueba", ironizó Lennon al final de la actuación más legendaria del grupo.
Nadie lo sabía, ni siquiera sus seguidores, pero aquel concierto iba a ser el último que ofrecerían en directo. Una actuación legendaria que después han imitado otros grupos.