MAYOR DISPOSITIVO EN EL PUERTO
Dos vehículos de la Unidad Móvil de Control de Fronteras de la Policía Nacional se han incorporado al dispositivo para minimizar la presión migratoria en el Puerto de Santander, cuyo área de servicio además se va a proteger con una nueva valla de cuatro metros de altura y de difícil escalabilidad que empezará a instalar en noviembre la Autoridad Portuaria y que se extenderá desde el Centro Botín hasta el puente levadizo de Raos.
Estas dos medidas reforzarán el dispositivo de seguridad del perímetro del área portuaria que ya llevan a cabo la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Policía Portuaria contra las organizaciones de migrantes, principalmente de origen albanés, que acceden a la zona restringida del Puerto de Santander para tratar de colarse en los ferries con destino a Reino Unido.
El jefe superior de la Policía Nacional en Cantabria, Héctor Moreno, y el presidente de la Autoridad Portuaria de Santander (APS), Jaime González, acompañados por el delegado del Gobierno, Pablo Zuloaga, han presentado hoy los dos vehículos de la Unidad Móvil de Fronteras que trabajarán en Santander, pero también en Bilbao, al tener el puerto de la ciudad vasca la misma problemática.
En lo que va de año, un total de 568 migrantes han intentado saltar la valla del área de servicio del Puerto de Santander y, aunque esta presión migratoria no desciende, sí lo ha hecho el número de esos inmigrantes que consiguen llegar al Reino Unido ya que, según han detallado, entre julio y septiembre solo se detectaron cuatro personas que habían conseguir llegar a territorio inglés frente a los 40 del semestre anterior y, a punto ya de finalizar octubre, en este mes no se detectado ninguno.
Con el refuerzo del dispositivo policial y el incremento de la altura de la valla del perímetro de los espacios portuarios, se busca minimizar los intentos de acceso de los migrantes al tiempo que se "manda un mensaje" a quienes les organizan, que sepan que cada vez les va a ser más difícil continuar con esa práctica en el Puerto de Santander.
Moreno ha destacado la importancia de que se hayan destinado a Santander y Bilbao dos vehículos de la Unidad de Control de Fronteras, ya que solo hay 10 en todo el territorio nacional y la mayoría se encuentran en Algeciras, Ceuta y Melilla. Con ellos, se busca "contrarrestar" esa presión migratoria que sufre el puerto y que se ha ido intensificando en el último año.
El refuerzo de la Unidad de Fronteras en Santander se suma "al gran esfuerzo de todas las administraciones" para tratar de paliar este "problema" que va más allá de los saltos de la valla del Puerto por parte de los inmigrantes para tratar de acceder a los ferries, ya que radica en que los grupos de albaneses se van estabilizando en la capital cántabra, donde además "ocupan inmuebles e instalaciones en condiciones de inhabitabilidad".
"Trabajar unidos nos hace más fuertes y, por eso, pensamos que vamos en el buen camino", ha ensalzado el jefe superior de Policía, que ha confiado en que dos elementos "tan potentes" como los vehículos de la Unidad de Fronteras y la futura elevación de la valla permitan ir reduciendo los intentos de acceso de los inmigrantes al Puerto. Por su parte, el presidente de la Autoridad Portuaria ha señalado que el problema de la presión migratoria en el Puerto de Santander, al igual que en el de Bilbao, "lleva enraizado mucho tiempo" y en el último año ha habido "una tendencia creciente" y, por ello, hay que trabajar para paliarlo, principalmente por la propia seguridad de quienes tratan de saltar la valla para meterse en los bajos de camiones como de los que acceden por mar y se esconden hasta en las defensas de los barcos cuando están arribando.
"Hay que trabajar para acabar con esto. Primero por la propia seguridad de esas personas, segundo porque la actividad de Brittany Ferries tiene que ser protegida y tercero porque la zona portuaria es de acceso restringido y nadie sin autorización puede penetrar en ella", ha señalado González, que ha agradecido la coordinación, el respaldo y el apoyo que el Puerto está recibiendo de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para intentar solucionar el problema.
Aunque cree que esta problemática "no se conseguirá erradicar al 100%", González ha dicho que sí "se están reduciendo los ratios de llegadas a Inglaterra lo que indica que estamos en el buen camino". Y ha hecho hincapié en que, además de toda la actuación de control policial, la Autoridad Portuaria instalará una nueva valla de cuatro metros por todo el perímetro del área portuaria. A preguntas de la prensa, el presidente de la APS ha señalado que la valla que se va a instalar está "autorizada y homologada" por Puertos del Estado, es de cuatro metros de altura y está hecha con un material de difícil escalabilidad y bastante opaco, aunque permite la visibilidad. Con ella, que no cuenta "con ninguna concertina ni nada parecido", ha ensalzado que se busca incrementar "el rango seguridad a la hora de controlar el acceso ilegal a la zona de servicio portuario".
Además de la valla, que se empezará a instalar en noviembre --y se prevé que los trabajos duren entre dos y tres meses-- y se prolongará desde el Centro Botín hasta el puente levadizo de Raos, González ha avanzado que la Autoridad Portuaria está investigando diferentes tecnologías en cámaras de detección, que serían un elemento más a sumar a todo este dispositivo de seguridad. Cuestionado sobre si el Ayuntamiento de Santander ha manifestado alguna reticencia a la instalación de esa valla de cuatro metros, el presidente del Puerto ha señalado que "al Ayuntamiento, como a mí como ciudadano, no encontrará de gusto que tengamos una valla de cuatro metros, pero como presidente de la Autoridad Portuaria debe entender que tengamos que llevar a cabo esta medida para minimizar la presencia permanente en el centro de la ciudad de colectivos que pretenden inmigrar".
Por su parte, el delegado del Gobierno en Cantabria ha destacado la importancia del trabajo conjunto de Policía Nacional y Guardia Civil con la Autoridad Portuaria para afrontar esa presión migratoria sobre el Puerto que, aunque persiste y por eso "queda mucho trabajo por hacer", se está consiguiendo "descender su magnitud".