Avispas velutinas

Salva a su vecino de un ataque de avispas velutinas metiéndolo en la piscina

La mujer salió de casa y vio que a su vecino le estaban atacando decenas de avispas velutinas. Sin dudarlo, lo llevó hasta la piscina y lo metió bajo el agua. El hombre, de 79 años, presenta más de 50 picaduras.

La sorpresa de un vecino de A Pobra do Caramiñal, en A Coruña, fue mayúscula cuando vio a su vecino completamente rodeado de avispas velutinas este fin de semana.

Mar escuchó gritos y cuando salió a la puerta de su casa vio cómo su vecino, de 79 años, estaba siendo atacado por decenas de avispas velutinas. En ese momento, sin dudarlo, lo llevó hasta su piscina y lo metió en el agua.

"Al salir a la puerta pensé que le estaba dando algo, porque al principio yo no las vi. Pero cuando me acerqué, me quedé impresionada porque eran enormes”. El hombre estaba cortando las ramas de un frutal, con la mala suerte de que en una de ellas estaba el nido, que cayó al suelo, se rompió, y las avispas se abalanzaron sobre él.

“No hice nada que no hubiera hecho cualquiera” asegura Mar. Por suerte, su rápida reacción hizo que el ataque cesase rápidamente y que los daños no fueran mayores.

Tuvo que ser trasladado al hospital y llegó a movilizarse un helicóptero para su traslado. Suma unas 50 picaduras por todo el cuerpo y aunque continúa teniendo mucho dolor, evoluciona favorablemente ya en su domicilio.

Drones que disparan balas de hielo para acabar con los nidos de avispas velutinas

Un nuevo sistema, desarrollado por una empresa gallega, consigue neutralizar los nidos de avispas velutinas situados en las alturas utilizando drones con un fusil que dispara bolas de nieve carbónica y bajan su temperatura hasta desactivarlos.

La Mancomunidad del Salnés, en las Rías Baixas gallegas, ha probado con éxito este modelo pionero y respetuoso con el medio ambiente, ya que evita tener que utilizar insecticidas para acabar con la velutina

Esta es la principal evolución con respecto a un sistema de disparos con drones que ya probaron el año pasado. El uso del dro se ha convertido en una alternativa muy útil para atacar aquellos nidos que se encuentran a más de veinte metros de altura y que son muy difíciles de alcanzar con las pértigas de las que suelen valerse los servicios de Protección Civil en la lucha contra esta especie. Desde la Mancomunidad del Salnés, en Pontevedra, explican que llegaron a disparar a un nido ubicado en un árbol, a 56 metros del suelo en el ayuntamiento de Meis.

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