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Rusia espera fortalecer su posición ante Europa con el gasoducto 'Nord Stream 2'

Con el nuevo gasoducto, que ha costado 10.000 millones de euros, Vladimir Putin pretende duplicar sus exportaciones a Europa, que consume una quinta parte de toda la energía del planeta y que carece de yacimientos.

Ante el problema de desabastecimiento que se enfrenta Europa en general y España en particular, y que desde hace meses se nota -entre otras cosas- en el aumento constante del precio de la luz y el gas, Rusia pretende sacar provecho. El gasoducto 'Nord Stream 2', cuya construcción ha costado 10.000 millones de dólares, servirá para que Moscú refuerce su posición en el plano económico y político.

Europa, que consume la quinta parte de toda la energía del planeta (sólo superada por Estados Unidos y China), apenas tiene yacimientos de gas y depende, por tanto, de sus vecinos, entre los que se encuentra Rusia. En este contexto, el presidente Vladimir Putin ofrece más gas a cambio de contratos a largo plazo.

Putin, de hecho, pretende duplicar sus exportaciones a Europa, un escenario que, sin embargo, los expertos matizan. Rusia tendrá problemas en aumentar sus volúmenes de exportación al Viejo Continente por dos razones: "la producción está ya casi en máximos y, además, tiene que atender a su demanda interna, que se prevé importante" de cara al próximo invierno, explica Javier Gil, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Comillas.

Argelia asegura el suministro de gas

En paralelo, Argelia ha anunciado este miércoles que cumplirá con el suministro de gas natural en los términos ya pactados y que está preparada para aumentar los volúmenes de exportación en caso de que España demande cantidades adicionales, pese al abandono el próximo domingo del envío a través del Gasoducto Magreb Europa (GME), según han afirmado el ministro argelino de Energía, Mohamad Arkab, y la vicepresidenta tercera española y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, desplaza al país norteafricano.

Ribera, además, ha revelado que el gobierno argelino tiene preparado un plan para compensar cualquier descenso o contingencia a través del transporte marítimo de gas licuado. Por el gasoducto que, con toda probabilidad, se cerrará a partir del próximo fin de semana (el que atraviesa Marruecos) llega a España el 20% del gas natural que se consume en nuestro país, una cifra nada desdeñable.

La incertidumbre sobre el suministro de gas argelino, clave para la industria española y europea, había crecido desde que el pasado mes de agosto Argelia rompiera las relaciones diplomáticas con Marruecos y anunciara su decisión de no utilizar el GME, que nace en Europa y llega a España a través de Marruecos, una vez que expire el contrato el próximo 31 de octubre.

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