NO HUBO DAÑOS PERSONALES, PERO MUCHOS MATERIALES
La avalancha de piedras, lodo y agua les sorprendió de madrugada, mientras dormían. Las paredes de esta represa no aguantaron más y reventaron, el agua arrasó con todo lo que encontró a su paso. Varias casas de San Isidro fueron las más afectadas. La más cercana, la de María, se quedó sin paredes.
A Yaiza el agua le llegó casi a la altura del cuello; sacaron como pudieron a su bebé de 4 meses. Los vecinos aseguran que habían denunciado hace años la situación de esta presa que, al parecer tiene más de un siglo.
Sólo una de las vecinas continúa aún desalojada. El ayuntamiento de Granadilla está tramitando ayudas a los afectados, ninguno quiere abandonar la casa en la que han crecido.