UN MURO "DENTRO DE NOSOTROS MISMOS"
#RompeElMuro es la nueva campaña de Unicef con la que pretende "derribar" los prejuicios y estereotipos que catalogan a los menores refugiados que han llegado a España, y hacer reflexionar sobre las barreras, tanto físicas como emocionales, a las que se enfrentan cuando llegan al país. Su intención es denunciar las numerosas dificultades que sufren los niños y niñas que se encuentran en este estatus: limitaciones en la asistencia sanitaria y educación, devoluciones automáticas en las fronteras, ausencia de vías de acceso seguro o rechazo social.
Lo hace mediante un vídeo en el que se recogen reacciones espontáneas de ciudadanos españoles a los que se pide que envíen una carta a Obasi, "un niño que huye de la guerra", y que representa a la población infantil que atraviesa actualmente esa situación. De forma inesperada, el protagonista aparece detrás del muro en el que las personas están introduciendo sus mensajes y se funde en abrazos con ellas.
"Si queremos que estos niños sean vistos y tratados en la ley en Europa como el resto, es necesario que rompamos muros que existen dentro de nosotros mismos y que nos impiden ver antes a una persona que a un migrante, a una niña que a una refugiada", recalca la directora de Políticas de Infancia de Unicef, Maite Pacheco.
Utilizando, además del vídeo, seis historias diferentes con frases predominantes como: "He venido a España a trabajar y a estudiar", "Quiero tener un futuro y cumplir mis sueños" o "A veces la gente generaliza y eso me molesta", la campaña pretende mostrar el punto de vista de jóvenes extranjeros cuando llegan a su destino.
El director ejecutivo del Comité Español de Unicef, Javier Martos, asegura que con esta iniciativa destacan "la importancia tomar conciencia de los niños que ya están aquí y preguntarnos si cuando un niño refugiado nuestro lado, somos capaces de demostrar nuestra empatía por lo que han vivido".
Actualmente, hay miles de niños migrantes y refugiados que se encuentran en situación de emergencia, según esta ONG, que denuncia que solo en Europa, en 2016, 700 de ellos murieron en el Mediterráneo y más de 21.000 se encuentran bloqueados en campos en Grecia.