Volcán La Palma
Las partículas que escupe el volcán de La Palma pueden ocasionar daños en la salud de las personas que se encuentren en la zona. Los riesgos del dióxido de azufre son sobre todo de tipo respiratorio, pero también se pueden producir lesiones en los ojos, piel o aparato digestivo.
El volcán de La Palma emite hasta 10.665 toneladas de dióxido de azufre diarias, pero Cumbre Vieja también escupe al aire dióxido de carbono y ácido clorhídrico, sustancias que pueden provocar daños en la salud de las personas que se encuentren cerca de la erupción.
Aunque la mayor parte de los problemas de salud que ocasionan estas partículas son de tipo respiratorio, los expertos advierten que también afectan a los ojos y al sistema digestivo.
Estas partículas muy finas pueden provocar tos, flemas, sequedad de garganta etc. Especial precaución han de tener personas con patologías como asma.
La arenilla puede provocar lesiones oculares, como rasguños en la parte frontal del ojo. También se pueden presentar problemas digestivos por ingestión de comida o agua contaminada con restos de esa nube tóxica.
Estas partículas son casi invisibles en el aire, pero bastan unos minutos para que se hagan evidentes y se puedan recoger incluso con la mano y de ellas hay que protegerse ya que también podrían ocasionar lesiones en la piel.
Es recomendable también usar camisas de manga larga y pantalones largos, gafas protectoras tipo máscara y gafas en lugar de lentillas, además de llevar mascarillas de polvo o colocar paños húmedo sobre la boca.
De momento los expertos controlan con mediciones la toxicidad en las zonas próximas a las coladas de lava que ha expulsado el volcán y aseguran que es de cero.
Recomendaciones del Gobierno canario
El Gobierno canario ha recomendado a la población que ante la caída de la ceniza volcánica eviten que estas partículas entren en contacto con alimentos o cubran canaletas de lluvia o depósitos de agua.
Cuando esté cayendo ceniza, se recomienda cerrar las puertas, las ventanas y toda la ventilación de la casa (chimeneas, calefacción o aires acondicionados). Quitar la ceniza acumulada de los techos planos y de las canaletas de lluvia, mantener tapados depósitos y cisternas de agua, evitar que la ceniza haga contacto con los alimentos y lavar bien frutas y legumbres, además de no consumir alimentos al aire libre son otras de las indicaciones.
Tampoco se aconseja conducir cuando haya ceniza, a menos que sea absolutamente necesario, y si se tiene que conducir con ceniza densa y poca visibilidad se insta a extremar las precauciones y no sobrepasar los 40 km/h.