Cabalgata de Reyes Magos
El helicóptero es el “tradicional” medio de transporte por el que llegan a Logroño los Reyes Magos. Después de tres años de ausencia, los Magos han vuelto a aterrizar en el campo de fútbol de Las Gaunas con las gradas repletas de niños emocionados y embutidos en bufandas y gorros de lana.
Los Reyes Magos han llegado temprano y volando a Logroño. A las 10:30 horas ya estaba aterrizando en el césped de Las Gaunas el helicóptero que portaba a Melchor, Gaspar y Baltasar. Mucho más han madrugado los miles de niños que, arrastrando a sus padres, hacían cola con los primeros y débiles rayos de sol frente al estadio. Poco importaba que el termómetro rondara los 0 grados en la capital riojana. Esta mañana hasta sobraban los gorros y las bufandas en los que los papás y mamás habían embutido a los pequeños.
El ambiente se ha ido caldeando con un espectáculo previo al aterrizaje que tampoco ha concitado gran atención. Los pequeños miraban más al cielo a la espera de la venida mágica. Y llegó el momento. A la hora prevista tomaba tierra el helicóptero que traía, tres años después, en vivo y en directo a los Magos de Oriente.
Si apenas 12 horas antes, en las gradas de Las Gaunas, las aficiones de Logroñés y Real Sociedad competían por animar a sus respectivos equipos en el partido de Copa, esta mañana los miles de pequeños competían por llamar la atención de los de Oriente. “Melchor, he sido muy bueno todo el año...y desde ayer mucho más!!”; “Gaspar, no te olvides de lo que te puse en la carta”; “Baltasar, esta noche te dejo galletitas junto a mi zapato”.
Y así, mientras el sol ya empezaba a tomar protagonismo frente al frio, las emociones también han ido subiendo de temperatura en las gradas. Durante la vuelta completa que han dado, pausada y pacientemente, los Reyes al campo de fútbol, muchos padres han rivalizado en ilusión con sus peques. Que los Reyes son para todos.
Poco antes de mediodía, Melchor, Gaspar y Baltasar han dejado Las Gaunas en medio de una emoción desbordada. Los Reyes tienen hoy una apretadísima agenda de visitas a las que llegarán en barco, tren, camello...Para la tarde, las cabalgatas en todas las calles de todas las ciudades. Y por la noche, la gran tarea, colarse en las casas donde ejercerán su magia, siempre y cuando, los niños que hoy les han aplaudido y vitoreado estén durmiendo con la ilusión de que lo vivido no fue un sueño.